domingo, 1 de julio de 2012

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Y un día... decidí volver. 








Tomé mis miedos y mi coraje. Compartí mi dolor y mi felicidad. Aprendí que para tocar el cielo no necesito pagar peaje. Solo me hizo falta de un abrazo para conseguir libertad. No tengo religión, pero sí mucha fe. Tengo poco pero un gran corazón. Puedo ser ciego pero logro enseñarte a ver. No me llena un "Tal vez", no me arrepiento de lo que logré, de lo que dije sin medir, de lo que caminé, porque arrepentirse es matarse y yo no quiero morir. Luego de varios días de carnaval, luego de una huelga en mi cabeza, decidí volver junto a mi arsenal, junto a la alegría que nació de tanta tristeza, junto a mi pensamiento que es mi orgullo, y si bien la melancolía ataca los Domingos por la tarde, yo no me escabullo, yo solo vivo miles de historias junto a estas heridas que tanto arden.

(Escribiendo y leyendo, me construyo hasta mis sueños. Creciendo yo aprendo, soy mi maestro, soy mi dueño).

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