lunes, 2 de julio de 2012
Anécdota de colectivo (I)
Hay un momento en la vida, en el que un joven cede, "regala" el asiento de un colectivo, solo por la causa de que, quien hace la gran pregunta "¿Te vas a sentar?" Es una chica realmente hermosa. Ahí el muchacho no tiene más que persuadirse a sí mismo, y sin saber decir que sí, contesta con un "No, siéntese". En sí, la causante de esto, no es solo la mujer, sino también, aquellos rasgos que nota el hombre y no deja escapar. La sonrisa, la mirada... En fin. Quizá al pibe poco le importa comerse cuarenta minutos de viaje parado, porque logró llamar, aunque sea por dos segundos, la atención de la muchacha. El problema es cuando el chabón sabe que, ese pequeño enamoramiento en el bondi, nunca va a llegar a su destino, y es una aventura corta en la que solo se hacen posibles dos o tres palabras en la charla. Pero ojo, el joven nunca deja de mirarla en el viaje, y se sigue preguntando "¿Por qué carajo es tan hermosa?". También se pregunta su nombre, cosa que, nunca va a poder averiguar, ya que no tiene el coraje necesario para saciar su duda. El pequeño endeble solo siente una gran paz luego de haber observado su belleza. El resto de la historia es sabida, el pibe decide bajar, despidiéndose de su amor fugaz.
Por eso, mujeres, abstenerse a cualquier gesto, sonrisa o mirada hacia un hombre, ya que, esto puede tener consecuencias muy graves, como por ejemplo, dejarnos tontos por un rato.
No es necesario aclarar que el muchacho era yo ¿No?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario