sábado, 3 de diciembre de 2011

Hablamos, recordé lo que pasamos, lo que soñamos,
me diste un abrazo, y te adueñaste de mi pasado,
hoy sigo soñando con besar tus labios, y secar tus ojos
ese mediodía en que delante mío estabas llorando.

Acá estamos. Vos llorando y yo despeinado. Vos sentada en el banco, yo arrodillado. Vos despeinada, yo odiando el dolor de tu mirada. Y allí estábamos, tirados en mi cama. Mi mano pasándose por tu cara. Tu sonrisa iluminando mi alma. Nuestra piel perdiendo la calma. Los besos nuestra arma. Mis caricias prendían la llama. Tus uñas en mi espalda… Y allá era donde íbamos a estar. Tu mano agarrada a la mía. Corriendo por la vida. Viviendo cada día. Sonriéndole a la tristeza. Dándole ganas a la pereza. Presenciando una ausencia. Sacándole brillo a tu presencia. Rescatando mi locura. Guardándonos en la habitación la luna. Pintando tu ricura. Tachando la soledad. Todo esto mientras corríamos en busca de la felicidad… Dándole importancia más que nada a las miradas que a las palabras. A las caricias, a mi palma en tu cara. A tus besos en mi nariz. A mis ganas de vivir junto a ti. A las tuyas de no planear y tan solo vivir… Pero, acá estamos. Ese futuro quedó en pasado, y aunque muero por pasar todo eso a tu lado, hoy sé que es importante, y yo me la he jugado, a pesar de mis fallos, hice hasta lo imposible para demostrarte cuánto te amo. Pero, de mi locura te terminaste cansando. Y te terminaste yendo dándome un beso y un abrazo. Pero juro que todavía nos sigo viendo, corriendo en busca de lo que queremos, en busca de la felicidad… Todavía nos veo, aunque sea en mis sueños. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario